Juguetón por Isnardo Antonio Chipatecua

Cuando un joven mùsico de 16 años estudiante de bachillerato acadèmico llegò a Fòmeque (Cund) 1.974, a cursar su grado X en la Normal de varones Agustìn Gutierrez, nunca imaginò que su futuro musical se aclarara tanto y tomara un camino tan certero, como cuando estuvo bajo la orientaciòn del MAESTRO JAIME MARTÌNEZ TURRIAGO.

La apariciòn en mi vida del MAESTRO fue definitivamente una BENDICIÒN, pues èl con su sencillez, alegrìa, espontaneidad y gran sabidurìa, logrò que ordenara mis ideas y prioridades personales y musicales.
Nunca olvidarè los momentos que tuve la suerte de compartir con èl, mientras cursaba los grados X y XI en los años 74 y 75, durante los cuales orgullosamente: Formè parte de la orquesta de la UNIDAD EDUCATIVA que dirijìa el MAESTRO, fuì su compañero en la noble labor de llevar serenata a quien la necesitara y de muchas tertulias informales, en las que ademàs de los valores personales lo verdaderamente importante era interpretar la mùsica correctamente.

Quizà sean palabras de cajòn, pero la mejor manera de llamar al MAESTRO es como UN SER ÙNICO E IRREMPLAZABLE; Ùnico porque su manera alegre de enseñar e interpretar la mùsica era desbordante, contagiosa y personalmente me facilitò su comprensiòn, e irremplazable porque hasta hoy no he conocido a nadie como èl. Ojalà en nuestra Sociedad Colombiana y en nuestro mundo artìstico, contàramos con artistas de la talla del MAESTRO JAIME.

Luego de mi graduaciòn en el año 75 aunque no compartimos muy frecuentemente, las ocasiones en las que lo hicimos siempre crecìa màs y màs nuestro sentimiento de amistad y mi sentimiento personal de admiraciòn hacia èl.

En mi opiniòn el èxito en la vida artìstica del MAESTRO se debiò a su gran entorno: Como docente porque recibiò siempre respeto, admiraciòn y respaldo de todos sus colegas, amigos y alumnos; y como jefe de familia recibiò el mayor regalo que Dios puede dar a un artista: UNA FAMILIA COMPRENSIVA Y AMOROSA.
Desde aquì, en el calor de mi hogar, epicentro de mi actual vida artìstica, doy gracias a Dios por haberme permitido conocer y compartir los momentos màs valiosos de mi vida con el MAESTRO y lamento profundamente su partida. Al mismo tiempo hago votos para que su recuerdo atravèz de su mùsica siga palpitando en nuestros corazones por siempre.

A toda su familia, amigos y allegados un gran abrazo de amistad y que DIOS LOS BENDIGA.

SIEMPRE ESTARÀS PRESENTE: "JUGUETÒN".

Isnardo Antonio Chipatecua Peralta